¿Qué es la Dermatitis atópica?

Las alergias son cada vez más comunes y afectan a muchos perros y gatos en todo el mundo. Una forma particular de alergia es la atopia, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se presenta como una reacción alérgica a diversos alérgenos ambientales, como polen, ácaros del polvo, moho y otros alérgenos comunes.

¿Cuales síntomas pueden tener?

• Picor intenso: el prurito o picor intenso es uno de los síntomas más comunes. Los animales afectados pueden rascarse, lamerse o morderse constantemente la piel, lo que puede llevar a la formación de áreas enrojecidas, calvas y con costras.
• Enrojecimiento y descamación de la piel.
• Infecciones recurrentes en oídos y piel: esto se debe a que el rascado constante puede dañar la barrera protectora de la piel, permitiendo que las bacterias y levaduras causantes de infecciones se multipliquen.

¿Cómo saber el diagnóstico?

El diagnóstico puede ser un desafío debido a la similitud de sus síntomas con otras enfermedades dermatológicas.

1. Historial clínico y síntomas: El veterinario comenzará recopilando información sobre el historial médico del perro y los síntomas que está experimentando. El veterinario también puede preguntar sobre el entorno en el que vive el perro y posibles desencadenantes de alergia, como ácaros del polvo, polen o ciertos alimentos.

2. Examen físico: A continuación, el veterinario realizará un examen físico completo del perro. Se examinará la piel en busca de signos de inflamación, enrojecimiento, lesiones cutáneas y áreas afectadas por rascado o mordeduras. También se prestará atención a otras partes del cuerpo, como las orejas, que suelen verse afectadas en perros con dermatitis atópica.

3. Exclusión de otras enfermedades: El veterinario descartará otras posibles causas de los síntomas, como infecciones cutáneas, alergias alimentarias o parásitos externos, ya que estos pueden tener síntomas similares a la dermatitis atópica. Se pueden realizar pruebas adicionales, como raspados de piel, cultivos bacterianos o pruebas de alergia alimentaria, para descartar estas enfermedades.

4. Pruebas de alergia: Las pruebas de alergia pueden ayudar a identificar los alérgenos específicos a los que el perro es sensible. Se pueden realizar pruebas intradérmicas, o mediante pruebas de sangre.

¿Cómo tratar la enfermedad?

Control ambiental: reducir la exposición a los alérgenos ambientales puede ayudar a minimizar los síntomas. Esto implica mantener el hogar limpio, aspirar regularmente  y evitar paseos en áreas con altos niveles de alérgenos, como parques con mucha vegetación.

Medicamentos: existen medicamentos para nuestros animales como antihistamínicos, corticosteroides, inmunomoduladores y ácidos grasos omega-3. Es importante seguir las indicaciones del veterinario y no administrar medicamentos sin consultarlo antes con él.

Inmunoterapia: también conocida como «vacunas de alergia», es un enfoque a largo plazo para el tratamiento de la atopia canina. Consiste en administrar pequeñas cantidades del alérgeno al que el perro es sensible, con el objetivo de desensibilizar gradualmente su sistema inmunológico. Estas vacunas se administran de manera regular, generalmente a lo largo de varios meses o incluso años. Si bien la inmunoterapia puede llevar tiempo y requiere un compromiso continuo, puede ser muy efectiva para reducir la gravedad de los síntomas o incluso eliminarlos por completo en algunos casos. Antes de administrar estas vacunas son necesarias pruebas de laboratorio para saber ante qué alérgeno actuar y cómo realizar la vacuna.

Baños y cuidado de la piel: los baños regulares con champús específicos recomendados por el veterinario pueden ayudar a aliviar el prurito y controlar las infecciones secundarias. Además, es importante mantener a su perro bien hidratado y proporcionar una dieta equilibrada y nutritiva para fortalecer su sistema inmunológico y mantener la salud de la piel.